AL LÍMITE
Corrida muy floja y descastada la que envió Gonzalo Domecq a Madrid, al límite de la mansedumbre total. A los toros que vimos salir ayer de los chiqueros de Las Ventas sólo le faltó el cencerro y que Florito los fuese arreando. ¿Qué hubiera sido de los seis mansos si le dan en el caballo la misma leña que a la de Victorino del 2 de Mayo?
En cuanto a los toreros, Encabo aburrió al personal con su primero, el más potable de la corrida, sin embargo en su segundo nada pudo hacer con un toro que se echó a la salida de un muletazo, signo inequívoco de falta de casta. Ferrera se limitó a calentar al público en banderillas con su repertorio de recortes y Fernando Cruz estuvo muy perfilero y al hilo del pitón toda la tarde.
Pero más preocupante fue ver la pasividad del público de Madrid.