martes, enero 16, 2007

AÚN NO ES TARDE


Desde que comenzó su carrera me consideré seguidor de José Tomás -siempre sin perder el norte-, sobre todo durante la época en la que dirigió sus pasos Santiago López. Ví un torero diferente y con lo necesario para ser un torero grande, pero todo esto se esfumó en el momento que se cruza en el camino el "mafioso" Martín Arranz. Su forma de concebir el toreo pegó un giro de 180 grados, y comenzó lo que en su repertorio se convertiría en la tónica general: muchos estatuarios y manoletinas, olvidándose del toreo de verdad, ya que esas suertes por alto siempre fueron de alivio. Desde el momento del cambio me consideré uno de los muchos antitomasistas.
Pero ahora más que nunca estoy totalmente a favor de su vuelta a los ruedos en este momento en el que ningún torero del escalafón actual despierta interés alguno, y dónde todos están cortados por el mismo patrón. Una vuelta a los toros del diestro de Galapagar daría una inyección de esperanza a nuestra Fiesta que agoniza lentamente por culpa de taurinos y ganaderos corruptos...

5 Comments:

At 1:25 p. m., Blogger V. Sánchez López said...

¡ La que has liado!

 
At 2:18 p. m., Anonymous Anónimo said...

En una de las pocas cosas que he discrepado con el maestro Alfonso Navalón ha sido en el tema de José Tomás. Es cierto que, como bien dices, poco tuvieron que ver sus primeros años con la etapa que cayó en manos de Martín Arranz.Pero no es menos cierto que fue un soplo de aire fresco, un aroma distinto, en una fiesta que olía a alcanfor se respirase por donde se respirase. Ante la temporada que se nos presenta, en la que van a pretender meternos a Cayetano como figura emergente, las tardes que en vez de vestirse de Armani decida disfrazarse de torero, y van a seguir dándonos raciones de Ponces, Castellas, Fandis, Padillas, y un largo etcétera de similares maravillas aderezadas con los semovientes del monoencaste con algo más de picante, no sé si porque al colocarles la divisa les van meter también una guindilla por el culo, estoy contigo y pienso que ante tanta mediocridad la vuelta del de Galapagar sería un revulsivo. Pero, en caso de volver, ¿quién volvería?. ¿El Tomás del principio o el de la última época?. ¿El que se la jugaba y fue capaz de ilusionarnos a la gran mayoría o el que regresa para llevárselo calentito?. Una decepción más no tendría importancia, porque ya estamos acostumbrados, pero hay algunas veces que las desilusiones duelen más de lo que nos parece.

 
At 8:53 p. m., Anonymous Anónimo said...

Pues yo con Alfonso Navalón, querido Betialai, he discrepado en mogollón de cosas. La primera y más sonada, por la cual alguna noche de feria salmantica casi nos llegamos a enganchar, fue por Manolete: él anti, yo devota.

 
At 2:07 p. m., Anonymous Anónimo said...

Yo, es que sólo he visto filmaciones de Manolete y confieso que siempre he tenido sensaciones contradictorias. Por un lado creo que tuvo algo muy especial que hizo revolucionar los cimientos del toreo y que pudo emocionar a las masas y a los entendidos. Por otro, no se me escapa esa heterodoxia que suelen achacarle los más convencidos defensores del purismo. Es difícil, al menos para mí,poder hacer un juicios claro sin haberle visto torear en vivo. Intuyo que, si al toreo le pedimos emoción, el de Manolete lo tenía y en grandes dosis. Alfonso, aunque por edad, si que lo pudo ver en vivo, dudo que lo viese arriba de tres o cuatro veces y, además, siendo apenas un niño, por lo que su postura tenía más que ver con el quebrantamiento de las leyes de la ortodoxia. Esas mismas leyes que le hicieron crítico con Tomás, aunque -y ésto es una opinión personal- el de Galapagar, teniendo un concepto del toreo en muchos aspectos concomitante con el de Córdoba, haya sido menos heterodoxo, sobre todo, en su forma de citar y en su colocación a la hora de hacerlo. Pero ésto sería un tema de debate tan largo como apasionante, difícil de resumir en la sección comentarios de un blog.

Y que conste, querida Margo, que en mi comentario anterior decía que el tema Tomás era una de las pocas discrepancias que tuve con el maestro Navalón, lo que no significa que fuese solamente la única.

 
At 1:22 p. m., Blogger Oselito said...

Si el torero incluye en su repertorio de manoletinas y estatuarios no creo yo que sea culpa del apoderado, o es que José Tomás no tiene la suficiente personalidad?. Tampoco estoy de acuerdo en que ningún torero del escalafón actual despierte interés alguno y mucho menos en eso de que todos estén cortados por el mismo patrón. Si quiere volver que vuelva, pero no porque nada de lo que hay interese, que vuelva como estaba antes de que su toreo perdiera calidad y profundidad.

 

Publicar un comentario

<< Home